Los planes se tuercen.

A veces tú planeas las cosas de una forma y esperas que el hilo de los acontecimientos prosiga ese camino. Pero no es así, las cosas siguen su curso por si mismas y lo que en principio tenia q ser una noche por todo lo alto ha acabado convirtiéndose en una noche bastante decepcionante, incluso dolorosa…

Hoy era la noche para una persona, para mi esta noche era especialmente dedicada a esa persona y lo que le rodeaba, todo lo demás era secundario.

Pero por mas que me he esforzado, por mas que he querido que las cosas salieran bien me ha salido todo al revés.

Primero que todo he sido incapaz de dejar en casa un problema que arrastraba del día anterior, seguía carcomiéndome por dentro y aunque el problema estaba en standby ha hecho que no estuviera alegre, que no estuviera al cien por cien.

Después de hacer todo lo posible por llegar lo antes posible y pasar el máximo rato, me he encontrado con un gran escollo, un arrecife me ha tocado y hundido. Pero que mas puedes hacer cuando las maquinas no responden, cuando el maquinista hace la suya… Por más que quieras dirigir el barco solo el motor lo puede hacer navegar.

Seguido a esto una disculpa, quizás en un momento no indicado, para mi ese momento no era mío, era de la persona a que le dedicábamos la noche, y por mucho que entienda a la otra persona, por mucho que nos hayamos sincerado, para mi ese no era el momento, ni siquiera tenia las ganas de hacerlo. Aunque los sentimientos mostrados por los dos hayan sido nobles y puros.

Después de arduos intentos por sobrepasar el arrecife parece que con muchas complicaciones se ha conseguido, no sin daños que aún deberán repararse en días venideros. Pero al fin llegamos a uno de los mayores puertos de la noche y allí pudimos entregar el Tesoro.

Después de salir de puerto y dejarme llevar por el oleaje, ha llegado una nueva tormenta, quizás una vieja conocida, una que hace tiempo que me ronda… y es que como le dije a alguien que quería y deje atrás no hace mucho en un puerto al que no volveré a dirigirme “La intención es lo que cuenta, pero acertar en las acciones de vez en cuando es necesario para demostrar lo que sientes”. Pero no todos los capitanes de barco pensamos igual, no todos tenemos las mismas prioridades, al menos yo tengo muy clara mi principal prioridad, y esa es la amistad.

Ahora el Barco me ha dejado en mi puerto, despendiéndome de una de las personas que más aprecio en este mundo. Ahora solo queda ver como estará mañana la mar.