Un sábado redondo

La verdad es que este sábado ha sido uno de aquellos días que te encanta haber vivido.
El día en sí tampoco es que tuviera nada del otro mundo, pero al llegar la tarde-noche se convirtió en algo que me costará olvidar.
La cosa empezó cuando Kalimero pasó a buscarme para hacer un café y conversar un rato, fuimos hacia el bar y allí un café y un te con leche dieron para mucho.
La conversación fue larga y distendida, agradable, tanto que me embriagó de tal forma que perdí la noción del tiempo. Fue un regalo, uno de los mejores regalos de reyes que nunca he tenido, pero es que una buena amistad es un regalo del día a día y no tiene precio, un regalo del que me encanta disfrutar.
Después del rato que compartimos fuimos a buscar a un amigo de Kalimero para poder despedirme ya que a estas horas ya debe estar rumbo a la costa este de Estados Unidos que mañana a de dar su primera clase, espero que todo le salga genial.
De ahí volví para casa, cené algo y para el Belladona a currar un ratito. Llegué poco antes de mi hora de entrar así que compartí un rato con los allí presentes, Cesar, Norca, Ades,…, y a currar.
Y una vez en mi “puesto” empezaron las sorpresas, primero y después de un rió de gente provenientes del cine apareció Airboy, estuvimos hablando solo unos minutos, quizás ni eso, pero la verdad es que me hizo ilusión.
Más tarde me llamo Otoko, mi más querido compañero del viaje a Japón, me preguntaba que donde estaba y una vez ubicado decidió pasarme a ver. Pero al aparecer no lo hizo solo, vino con su madre, su tía y una amiga de esta. Estuvo un rato conmigo, estuvimos comentando la jugada y al final los cuatro acabaron en Arena.
Y más tarde la sorpresa de sorpresas, un brasileño afincado en Ámsterdam, su “cuñada” y una de las que más quiero aparecieron. Estuvieron conversando un poco conmigo les indique que fueran ha hacer unos chupitos y que nos veíamos en Arena cuando plegara.
El rato paso y se hizo la hora de plegar, me cambié de ropa y de cabeza a Arena Classic con Otoko que me vino a buscar. Poco rato estuvimos allí ya que su madre, su tía y su amiga no querían esperar mucho más para irse, así que salude a un par de personas conocidas, les acompañe a la puerta y para la sala Vip que me fui. Allí me encontré con el brasileño, su cuñada y mi AMIGO. Y como no por allí me fui encontrando gente, como Loken, amigos suyos, otros amigos… Y para finalizar me encontré con alguien a quien nunca diría que me encontraría en Arena, y bueno ni corto ni perezoso como buen proveedor de artículos manga me ofreció los nuevos cels que le han llegado, cels de Subaza Chronicle, de X (la serie), uno de Yawara (Cinturó negre)… bueno un poco surrealista para estar disfrutando de la música de Arena…
Acabé almorzando en un bar con el brasileño y con mi AMIGO, que por cierto nunca lo había visto tan mal, pero bueno al final parece que revivió, es que hay quien no sabe beber, y sino q me cojan a mi como ejemplo… jejeje.