The Light The Firey The Earthy The Wood The Windy The Watery The Dark  

sábado, junio 12, 2010

Amor adolescente

Hace ya algún tiempo que creí haber aprendido a controlar mis sentimientos.

He perdido la cuenta de los chicos que me han parecido interesantes, que he intentado conocer. Aquellos chicos que me han gustado para algo más, pero que a medida que más me he acercado a ellos más me daba cuenta de que más nos alejábamos de poder intentar algo, de quizás llegar a ser pareja, y que en contraposición, como mucho, podíamos optar por una amistad.

Aunque llegáramos a este punto siempre he optado por ser sincero, y decir a todos y cada uno de ellos que me gustaba. Siempre sabiendo de antemano que la respuesta iba a ser no.

Me lo han pintado de mil colores, han sido lo más sincero que han podido conmigo, algunos fueron afortunados eligiendo la forma y las palabras, otros no tanto… Pero es algo que siempre, aunque sepas de antemano la respuesta, duele, y en ese instante te rompe el corazón.

Crees que el mundo se derrumba por unos segundos, entonces retomas el timón de tu vida, tomas el control de tus sentimientos y sigues recorriendo el arduo recorrido que aun esta por venir. Piensas, o tus amigos te comentan, “Ya vendrán tiempos mejores.”, “Tiempo al tiempo.”, “Seguro que encontraras algo mejor”…

Pero esta vez no se que me esta pasando, la situación se me ha ido un poco de las manos. Este último chico me gusta. Me gusta mucho más de lo que creo que me ha gustado nadie en los últimos años, tanto es así que realmente creo que estoy enamorado. Enamorado de un chico joven. Enamorado de alguien con quien apenas he quedado dos veces y que he visto en un par de ocasiones más. Enamorado de un chico que casi ni siquiera conozco.

Un chico que no consigo quitarme de la cabeza, un chico que añoro ver a cada momento, un chico con el que deseo hablar, verle, oír su voz…

¿Es o no es esto un amor adolescente? Un amor descontrolado, irracional y totalmente desmesurado.

Y lo peor de todo… Pues que nuevamente no tengo ninguna posibilidad. El me ve como un amigo, como un confidente. Alguien con quien conversar, con quien pasar el rato. Alguien a quien comentarle sus inquietudes, las cuales entre ellas incluyen rollos y ligues.

Me siento dolido y angustiado, ni siquiera me atrevo a ser sincero con él. Y aún así, aún al ser consciente de todo ello no puedo dejar de pensar en él.

Ahora me pregunto, de seguir así, será solo cuestión de tiempo que llegue a odiar aquello que mas amamos.

Me pregunto cuanto tiempo me queda hasta llegar a odiar el amor.

lunes, junio 07, 2010

Después de Pretty Woman

Quizás siempre he sido un romántico, pero me gusta creer en aquello que sé que nunca va a suceder, me gusta creer en ese cuento de hadas, en ese cuento de príncipe y princesa, sea en su forma más clásica, o en la misma forma que presenta en esta película.

Hay que ser consciente de la realidad, hay que ser consciente del día a día, pero yo no se vivir de otra manera que aceptando todos y cada uno de los acontecimientos diarios pensado e imaginando el mundo ideal.

Me gustaría saber controlar en cada momento mis sentimientos, mis acciones, encauzarlos siempre por los caminos que pueden llevarme a ser feliz. Pero esto no implica más que un simple espejismo momentáneo y atemporal que no me llena, ya que no lo deseo.

Yo se lo que realmente quiero, yo se lo que realmente deseo, y todo ello se resume en una simple palabra, imposible.

Deseo, quiero, anhelo, aquello que no va a suceder, que no va a pasar, deseo la magia de un momento, deseo la compañía de la persona amada, deseo el beso del príncipe azul.

Pero eso no va pasar, así que dejaremos de soñar y volveremos al mundo real, volveremos a esperar a ver que me depara el mañana.

Un saludo a todos, Kim.

P.D. ¡Quiero el cuento de hadas!

Counter

Copyright © 2006 Kim